Termoplásticos: son aquellos que al ser calentados a temperaturas determinadas, vuelven a un estado de plasticidad que les permite ser moldeados, con lo cual, este tipo de plástico se puede reciclar para formar otros nuevos objetos. Generalmente, estos plásticos son flexibles y resistentes a los golpes.
Termoestables: son aquellos plásticos que una vez moldeados por el calor no pueden modificar su forma. Son duros y a su vez son frágiles. Estos plásticos se pueden comparar con la arcilla, que una vez endurecida por el calor, no es posible que vuelva a adquirir su forma maleable.
Elastómeros: estos materiales son capaces de soportar deformaciones muy grandes recuperando su forma inicial una vez que se elimina el esfuerzo. Además son materiales muy tenaces, resistentes a aceites, a grasas y al ozono, y presentan buena flexibilidad a bajas temperaturas.
Plásticos Espumados: son termoplásticos con una estructura celular, que contiene grandes proporciones de celdillas finas llenas de gas. Estas celdillas pueden ser cerradas o abiertas. En la mayoria de las propiedades de los plásticos espumados se cumple la ley de mezclas.
